¿Qué es Basilea y para qué sirve?
Si en algún momento has escuchado acerca de la Ley de Basilea, pero no entiendes por completo de qué trata y cómo funciona, aquí te lo explicamos.
Basilea es un conjunto de acuerdos —o, más precisamente, recomendaciones internacionales— dirigidas al sector bancario, emitidas por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Basel Committee on Banking Supervision, BCBS). Actualmente está conformada por Basilea I, Basilea II y Basilea III.
Su nombre proviene de la ciudad de Basilea, Suiza, donde el BCBS mantiene su secretariado en la sede del Banco de Pagos Internacionales.
¿Quién la creó?
Su origen se remonta a 1974, a raíz de la crisis provocada por el cierre del Bankhaus Herstatt en Colonia, Alemania. Este hecho ocasionó pérdidas millonarias que derivaron en el colapso del sistema de pagos estadounidense y afectaron gravemente al sistema financiero internacional.
Tras este suceso, se vio la necesidad de establecer normas internacionales que regularan este sector tan vulnerable, con el fin de restaurar la confianza y la estabilidad del sistema financiero global.
Países que conforman el Comité de Basilea
El Comité de Basilea está integrado por 27 miembros: Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, China, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Hong Kong, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea, Luxemburgo, México, Reino Unido, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Suecia, Suiza y Turquía.
Representantes de los bancos centrales de estos países se reúnen cuatro veces al año para analizar, revisar y proponer actualizaciones a las recomendaciones.
Una recomendación, no una ley
Aunque el marco de Basilea goza de gran reconocimiento internacional, sus disposiciones no tienen carácter legal obligatorio.
Cada país decide si adopta, adapta o ignora las recomendaciones. Por ello, los acuerdos de Basilea se consideran guías de buenas prácticas, y no leyes vinculantes.
Objetivo principal
Basilea establece que el sector bancario debe ser capaz de enfrentar, como mínimo, tres riesgos fundamentales:
- Riesgo de crédito
- Riesgo de mercado
- Riesgo de tipo de cambio
Para ello, se apoya en el capital regulatorio, que debe permitir absorber pérdidas esperadas y no esperadas, generando confianza, protegiendo los intereses de los clientes y fortaleciendo la seguridad y solvencia de las instituciones bancarias, así como del sistema financiero en su conjunto.
Además, define un marco general que fomenta:
- Exigencias mínimas de recursos propios en las entidades bancarias.
- Seguridad y solvencia del sistema financiero global.
- Mejores prácticas bancarias a nivel internacional.
- Revisiones y actualizaciones periódicas de las normas.
Los acuerdos de Basilea
Si bien cada documento de Basilea tiene un enfoque particular, todos comparten el objetivo de reducir riesgos y fortalecer el sistema financiero.
Basilea I (emitido en 1988)
- Medir el capital de los bancos en función del riesgo de crédito o incumplimiento en el pago de sus activos.
- Exigir capital adicional para cubrir el riesgo derivado de fluctuaciones en el precio de los activos.
Basilea II (2004)
- Requerimientos mínimos de capital.
- Revisión supervisora.
- Transparencia informativa.
Basilea III (a partir de 2010, tras la crisis financiera global)
- Colchón de conservación de capital.
- Colchón contracíclico de capital.
- Medidas para evitar el riesgo sistémico.
En Latinoamérica
Aunque en la mayoría de los países latinoamericanos las recomendaciones de Basilea no se aplican de manera estricta, sirven como referencia para mejorar procesos en las instituciones bancarias, reducir riesgos y reforzar la estabilidad del sistema financiero.